Lo más impresionante para nuestros ojos ha sido la fusión entre la naturaleza en su puro y asombroso origen dando lugar al nacimiento del río Buna y la armoniosidad y misticismo de la tekke (tekija o la Casa de los Derviches).

En este lugar se respira una tranquilidad absoluta. Un acantilado de piedra caliza de unos 200 metros da lugar al nacimiento de río más caudaloso de Europa con 43.000 litros por segundo. Esto tiene una explicación que he desarrollado yo misma con los escasos y limitados conocimientos que tengo sobre las ciencias naturales. Precisamente porque mis conocimientos son menesterosos, me resulta interesante investigar y aprender sobre la maravillosa naturaleza.

La piedra caliza, a pesar de su resistencia a la desintegración y descomposición como consecuencia de su exposición a los agentes atmosféricos (este proceso se llama meteorización), resulta irresistible a determinada acción de la acidez de algunas aguas de lluvia o de ríos.

Cuando el agua (superficial y subterránea) consigue disolver la roca caliza, que es muy porosa, se va infiltrando en la roca creando estalactitas y estalagmitas, que unas por arriba y otras al entrar en contacto con el suelo, finalmente dan lugar a una cueva como la que encontramos en Blagaj. Y además, en este caso, el agua es tanta que de este proceso natural, seguramente mucho más complejo de lo que yo he alcanzado a explicar, surge un río llamado Buna.

En el siglo XVI tras la conquista otomana de Bosnia-Herzegovina, el sultán quedó tan impresionado por el entorno, que mandó construir una Tekke o Casa de Derviches junto al nacimiento subterráneo del río Buna.
Un derviche es un miembro de la corriente asceta Sufí del Islam. El sufismo es el desarrollo de la mística, la búsqueda de la pureza, la reparación del corazón, el aprendizaje para viajar hacia lo Divino, donde el alma se purifica y se embellece. El ascetismo de esta corriente se reconoce en la expresión de la humildad, en un estilo de vida basado en la abstinencia, indiferente de las posesiones materiales y mendicante, una mendicidad que encuentra su razón de ser en la idea de que lo obtenido ha de ser compartido y repartido entre aquellos que no tienen.

Los derviches buscan encontrarse con Dios en esta vida terrenal a través de distintos rituales como la danza, el trance, el canto, la meditación y otras prácticas que varían según la orden.
De manera que la tekke se convirtió en un lugar donde se reunían los derviches para realizar sus encuentros amistosos o las discusiones científicas. Hoy en día se conserva como lugar turístico y de peregrinaje para aquellos que practican el ascetismo sufí del Islam.

En el Islam, el agua es la síntesis de la pureza, objeto de simbolismos y tradiciones, revelación de la permanente renovación de la vida.

La expresión geométrica en la arquitectura islámica se exterioriza como simbolismo de una concepción del universo derivada del concepto de unidad de la Creación. La idea de conjunto en la que ningún elemento prevalece sobre otro queda plasmada en todo el arte islámico.
En el hammam (baño) la cúpula representa el cielo con sus estrellas y la habitación cuadrada simboliza la tierra unidas en un todo. Una peculiaridad de este hammam es que contaba con calefacción, un habitáculo en el interior en el que se encendía un fuego. El agua sobre el cuerpo y el calor que daba el fuego hacían del hammam el culmen del conjunto.


La austeridad que se muestra en el exterior de la tekke se asienta en la concepción islámica el diseño desde dentro hacia fuera.

Los techos trabajados en madera son la riqueza de la tekke.

Dejamos atrás este santuario para continuar paseando por el pueblo por un caminillo de piedra que va pegado al pulcro río Buna. Al lado derecho del río están los restos del hammam público que fue alcanzado por una bomba durante la Segunda Gran Guerra. Un puente de piedra que también construyeron los turcos nos invita a ojear los restos del hammam. En lo alto de la montaña asoma una fortaleza en ruinas, origen del poblamiento de Blagaj.
A cada lado del río, hay asentamientos de distinto tipo donde lo moderno y lo antiguo o la chatarra se funden en un conjunto como el arte islámico.



A la entrada o a la salida del pueblo, según se mire, hay una iglesia católica única en su estilo aunque permanece medio en ruinas.


Las rosas aparecen por todos lados. Rosas rojas, rosas, blancas, naranjas, amarillas afloran a cada paso; las rosas han invadido los jardines y los han llenado de machas de colores.


menuda pintola que tiene el sitio!
ResponderEliminary para escalar esa caliza no te digo na y te lo digo to
orghhhhhhhhhhhhh
ResponderEliminarque guapo
hola!!!he encontrado este blog cotilleando por internet y me he puesto súper contenta porque estoy preseleccionada para una beca en Móstar. No me quiero hacer muchas ilusiones y he estado a punto de no escribir porque no es nada seguro, pero me han podido las ganas. Os haría algunas preguntas acerca de la vida allí, pero quizás más adelante si al final consigo la plaza...ojalá! qué suerte tenéis!
ResponderEliminarsaludos
cris
Aquí lo de la escalada se lleva mucho, pero sólo en primavera y en otoño porque el resto del año el clima lo pone muy difícil... Así que ya sabes, si te animas!!
ResponderEliminar¡Mucha suerte con tu beca!
ResponderEliminarHola!!! soy cris! no he tenido suerte y no me la han dado la beca de lectora, pero otra vez será. Sigo haciendo todo lo posible por irme fuera y creo que algo va a salir, pero seguro que a Mostar ya no... ¡qué pena! seguiré pasándome por vuestro blog para leeros y ver las fotos tan chulas que hacéis!
ResponderEliminarsaludos